La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos interviene para, al menos, ralentizar el acuerdo de compra entre Microsoft y Activision. Todo se reduce a un intento de proteger la competencia justa y evitar un monopolio.
La posible compra por parte de Microsoft del editor de megajuegos Activision Blizzard continúa enfrentándose a obstáculos regulatorios. El último obstáculo para el acuerdo es la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos. Este ha presentado una orden judicial y una orden de restricción para bloquear la compra de casi 70.000 millones de dólares.
Los siguientes procedimientos determinarán si el gobierno de EE. UU. permite que se lleve a cabo el acuerdo más grande en la historia de los videojuegos.
Restricciones antimonopolio
Los diversos pasos en el proceso regulatorio son complicados, pero Associated Press los explica de manera competente.
Esencialmente, la FTC ya había señalado su oposición al acuerdo Microsoft-Activision por motivos antimonopolio a finales del año pasado.Sin embargo, no había completado el proceso de bloqueo formal de la fusión. Esta medida cautelar, si es aprobada por un juez federal, detendrá la fusión en seco hasta que se lleve a cabo un juicio para determinar su legalidad.
Según los informes, Microsoft y Activision habían estado planeando finalizar la compra en julio, lidiando con las consecuencias legales después. Así, potencialmente la harían mucho más difícil de deshacer para los reguladores.
Limitaciones a nivel global
Muchos analistas esperaban que la compra de Microsoft navegara a través de un sistema federal estadounidense favorable a las fusiones. A pesar de que este ha sido el caso en la industria de los videojuegos durante años, en esta ocasión era llevarlo demasiado lejos.
Las compras recientes de editores y desarrolladores de Microsoft incluyen Obsidian, Double Fine y Zenimax, lo que refuerza un impresionante establo propio para las plataformas PC y Xbox. Agregar Activision y Blizzard le daría a Microsoft el control de franquicias de juegos tan enormes como Call of Duty, Diablo y World of Warcraft. Esto parece ser un paso demasiado lejos en la consolidación de la FTC, como cuando AT&T intentó comprar T-Mobile y esencialmente convertir el panorama del servicio de telefonía móvil de EE. UU. en un duopolio.
Los problemas de Microsoft no terminan en las fronteras estadounidenses. El acuerdo también ha sido bloqueado por los reguladores del Reino Unido, por temor a que la posición dominante de Microsoft en la categoría emergente de juegos en la nube/transmisión pueda crear un gigante imparable con el que es imposible competir para las empresas más pequeñas.
Microsoft está apelando el fallo del Reino Unido (que tiene el potencial de echar por tierra el trato por completo) y agradece la oportunidad de presentar el caso en un tribunal federal en respuesta a la moción de la FTC.