Redes corporativas: ¿Cuál le conviene a usted?

Determinar si su nueva red va a ser de cables, inalámbrica o una mezcla de ambos tipos debe ser parte del proceso de diseño de la misma. La cuestión de alambrar o no debe ser explorada a fondo, independientemente de la efectividad demostrada en algún proyecto anterior de alcance similar.

Estar enterado de las tecnologías disponibles y futuras es necesario para diseñar una red. Hoy se encuentran instaladas muchas redes Ethernet de 100Mbps con cables de cobre de par trenzado y de 1Gbps en menor cantidad. Del lado inalámbrico, la norma 802.11b ha demostrado ser el caballo de batalla de la conectividad WLAN, aunque la 802.11a y la 802.11g ofrecen mayores velocidades.

La necesidad de un mayor ancho de banda no cesa, especialmente en ámbitos médicos, financieros, de informática avanzada e investigación. Nuevas normas como la 802.3an deben llevar la velocidad en Ethernet a 10Gbps y en un futuro a 100Gbps. En el campo inalámbrico, la norma 802.11n, que debe ser aprobada en abril 2008, promete hasta 540Mbps y ya hay en el mercado dispositivos basados en el borrador 802.11n, como el enrutador Linksys Wireless-N Broadband Router. Sin embargo, instalar equipos basados en una norma pendiente de ratificación puede generar problemas futuros de interoperabilidad.

Es importante tener en cuenta que aunque la industria está produciendo equipos para ambas tecnologías con una creciente capacidad en el ancho de banda, las redes alambradas tienen una mayor probabilidad de mantener su considerable ventaja en cuanto a velocidad. La cuestión que es necesario contemplar entonces es si el ancho de banda adicional hace falta para los usos que se proyecta dar a la red.

La convergencia es una tendencia que seguramente va a continuar. Voz por IP (VoIP) ya no es una opción sólo para redes alambradas, y existen “softphones” y PC de mano basados en la 802.11b, como el teléfono Cisco Unified Wireless IP Phone 7920. Muchos puntos de acceso ofrecen QoS [calidad de servicio] para asegurar la disponibilidad del pequeño ancho de banda necesario por llamada. Las terminales de voz –alambradas o inalámbricas– no necesitan mucho ancho de banda por llamada (64Kbps) pero exigen una baja latencia. Un punto de acceso configurado con QoS puede asegurar que alguien que baje un archivo grande no interfiera con una llamada de ventas a un cliente.

La convergencia no termina con la VoIP. La posibilidad de trasladarse entre redes IP y celulares ya es ofrecida por T-Mobile en un proyecto piloto que abarca ahora zonas limitadas. Mientras el servicio sea confiable y la tecnología madure, es razonable esperar que se expandan las ofertas de este tipo de servicios convergentes.

Mantenerse al tanto de los avances y tendencias de la tecnología es importante, pero sólo si se aplica adecuadamente. Para hacerlo, es necesario entender claramente las necesidades de los usuarios de la red.

Necesidades y seguridad

Al diseñar una red es necesario considerar qué tipo de datos se van a transmitir a través de ella. Una red no es más que una herramienta, y hay un viejo axioma de los mecánicos según el cual para cada tarea debe usarse la herramienta indicada. Un análisis exhaustivo de los usos que va a tener asegurará que el desempeño de la red sea satisfactorio.

Las necesidades de ancho de banda son dictadas por las aplicaciones que se utilizarán en la red. Hay dos requisitos específicos de las aplicaciones que deben ser considerados: el caudal de tráfico y la latencia. El primero es la velocidad con que se transfieren los datos y se mide en bits por segundo; el segundo es la demora o retraso en la transmisión de los datos.

Algunas aplicaciones como bajar programas, navegar la Internet y usar el correo electrónico pueden trabajar bien con un poco de latencia. Como se indicó antes, las aplicaciones “en tiempo real”, como la VoIP, no requieren mucha velocidad de transferencia de datos, pero sí una baja latencia. Un usuario conectado a 54Mbps a un punto de acceso que tiene una conexión alambrada conmutada de 100Mbps experimentará con toda probabilidad un desempeño aceptable. Pero todos los diseños inalámbricos no son iguales y existen varios factores que reducirán el desempeño percibido por el usuario final.

Hay limitaciones inherentes al número de conexiones a un punto de acceso. Una buena regla práctica es diseñar una red en la que cada punto de acceso pueda aceptar 20-30 usuarios simultáneamente.

También es importante la forma en que se conectan los puntos de acceso al eje troncal. En el ejemplo anterior, se suponía que el punto de acceso inalámbrico tenía una conexión alambrada de 100Mbps como enlace ascendente. ¿Y en las redes de malla? En dependencia de cómo esté distribuida la malla, un enlace ascendente de 54Mbps puede conectarse a un punto de acceso que alimente a otros dos, por lo cual la capacidad del enlace a la red del eje troncal para cada uno de los dos puntos de acceso del borde disminuye en un 50 por ciento. La existencia de más puntos de acceso que dependen de ese enlace significaría aun más reducción en el ancho de banda.

Si la red se va a dedicar principalmente para acceso a la Internet, la limitación del ancho de banda radica típicamente en la conexión del ISP. En esos casos, las limitaciones del ancho de banda de la LAN no suelen ser de mucha consideración. Si la movilidad y el costo lo son, la opción inalámbrica puede ser la solución, pero siempre existe el aspecto de la seguridad.

Aunque hay alguna validez en el argumento de que la seguridad puede manejarse eficazmente por encima de la capa física, la realidad es que un cable físico es más seguro que una señal de radio, cuyas limitaciones físicas son inexistentes. La intercepción de datos, la penetración de la red y el uso inapropiado de los recursos de la red por personas no autorizadas pueden exponer una red corporativa al robo de la información y del ancho de banda. Estos riesgos, sin embargo, pueden reducirse mediante la implementación de aplicaciones tales como SSL/SSH, VPN, 802.11i y Network Access/Admission Control en las redes inalámbricas.

Es obvio que el aspecto donde una red inalámbrica supera a la de cables es en la movilidad. Tener la posibilidad de conectarse en cualquier parte y en cualquier momento es una motivación de gran fuerza para adoptar la tecnología inalámbrica. Si los riesgos y los problemas del ancho de banda pueden mitigarse a un extremo aceptable, ésta puede ser la opción conveniente. Recuerde, no se trata de una decisión puramente tecnológica, y la tecnología es sólo una herramienta para obtener el resultado deseado.

La capacidad de imprimir inalámbricamente es una de las preferencias manifestadas por los empleados que utilizan computadoras en su trabajo, según una encuesta reciente. Hewlett-Packard y otros fabricantes venden impresoras con capacidad inalámbrica que pueden ser una solución en estos casos.

Al planear la impresión en una red inalámbrica que se utilizará a plena capacidad, el espacio es uno de los factores más importantes a considerar. Si se coloca, por ejemplo, una impresora Bluetooth, cuyo alcance es de 10 metros, demasiado lejos de los usuarios, no prestará su función. Si bien Bluetooth puede hasta cierto punto rebasar algunos obstáculos físicos como las paredes, la fuerza de la señal disminuye con la distancia, por lo cual es conveniente colocar la impresora a 5 metros de los usuarios para una comunicación óptima. La lenta velocidad de transferencia de datos de Bluetooth (1 Mbps), sin embargo, no es lo más adecuado para entornos donde se requieren grandes volúmenes de impresión. Debido a su mayor alcance (100 metros) y velocidad (54MBps), Wi-Fi es una opción más práctica para las LAN inalámbricas.

Costos y administración

Una regla práctica para construir redes es que los costos de los cables radican principalmente en el trabajo. Una red cliente puramente inalámbrica supondría todavía el empleo de algunos cables Cat6, pero sólo a los puntos de acceso (o, en el caso de un diseño de malla, sólo algunos de los puntos de acceso), así que los costos de los cables para un diseño inalámbrico son mucho más bajos.

Los costos también pueden reducirse con la implementación de puntos de acceso inalámbrico “delgados”, especialmente en las redes más grandes. Tradicionalmente, las instalaciones inalámbricas utilizan puntos de acceso “gruesos” que son configurados individualmente. Los sistemas de administración centralizada, como el RoamAbout Switch System de Enterasys, trasladan toda la inteligencia desde los puntos de acceso a un aparato electrodoméstico. Debido a los beneficios que se describen más abajo, la administración centralizada de los puntos de acceso se ha convertido en un método popular de instalación inalámbrica.

En una WLAN tradicional, los puntos de acceso inalámbrico “espesos” se conectan a la red corporativa por medio de una LAN virtual separada de Capa 3. Una VLAN que se logre por medio de instalaciones troncales o construyendo una red separada físicamente puede implicar una configuración inicial considerable y costos en equipos. La VLAN separada es deseable por razones de seguridad, y a menudo queda separada por la red corporativa con un cortafuego y un concentrador VPN.

En una instalación centralizada inalámbrica se puede ampliar la VLAN a la red alambrada existente. El punto de acceso crea un túnel al administrador central, independientemente de en qué VLAN esté colocado. En otras palabras, puede colocarse un punto de acceso en la VLAN de contabilidad, otro en la VLAN de ventas y, sin embargo, en ambos casos los clientes inalámbricos estarían en la VLAN inalámbrica. Esto hace mucho más fácil la instalación de una red inalámbrica donde existe una infraestructura alambrada.

El modelo centralizado ofrece también otras atractivas cualidades. Los cambios de configuración se aplican en el conmutador de administración en vez de en cada punto de acceso. Puesto que los puntos de acceso se están comunicando con un dispositivo central, son posibles ciertas funciones avanzadas como la configuración de canales automáticos y de energía, y detección de intrusiones. Además, cada punto de acceso “delgado” cuesta generalmente mucho menos que su pariente que está más cargado de funciones.

La parte negativa del modelo centralizado son los costos iniciales. El conmutador de administración central suele ser caro. Sin embargo, si la instalación implica muchos puntos de acceso, o se anticipa una futura expansión inalámbrica, los costos iniciales a menudo son eclipsados por los beneficios.

Conclusión

Como se afirma más arriba, con frecuencia la aplicación preferida es una red mixta. Sin embargo, debido a la fluidez de la tecnología de las redes, se hace necesario examinar los pros y contras de las redes alambradas e inalámbricas para cada proyecto de diseño de una red. Conocer las posibilidades que se encuentran disponibles, junto con las necesidades y normativas de su compañía, es sumamente importante para llegar al diseño óptimo de la red.

El hogar conectado

Aunque la idea de conectar televisores, computadoras, estéreos y otros equipos en el hogar viene siendo anunciada como el próximo gran acontecimiento desde hace varios años, hasta ahora los únicos consumidores que habían podido alcanzar ese sistema unificado de comunicación en el hogar eran aquellos verdaderos entusiastas de la tecnología. Es cierto que Microsoft e Intel, por ejemplo, continúan contribuyendo a esa tendencia ­–la primera al integrar en Windows Vista funciones que antes estaban disponibles en su sistema operativo Windows Media Center, y la segunda con su tecnología Viiv– pero hoy la conectividad completa en el hogar se va haciendo más una realidad gracias al surgimiento de nuevas tecnologías e iniciativas. La banda ultraancha (UWB), por ejemplo, es la norma inalámbrica de banda ancha de corto alcance que puede enlazar dispositivos, entre ellos televisores, computadoras, módems, estéreos, cajas de conexión y hasta teléfonos celulares. Hasta el momento, sin embargo, no hay ofertas comerciales de productos para UWB. Se cree que este año, cuando ya la norma haya madurado suficientemente, los líderes de ese mercado, como Alereon, Tzero Technologies y Belkin International pudieran anunciar la posibilidad de que algunos de sus productos aparezcan en los anaqueles de las tiendas.

La UWB no es la única tecnología de redes que intenta radicarse en el hogar. Competirá en muchos casos contra Wi-Fi y la fibra, así como contra otras tecnologías como la conectividad basada en la línea eléctrica del hogar. Cisco Systems Inc., más conocida por sus equipos para redes corporativas, podría incursionar en el mercado de consumo. Con la reciente adquisición de Scientific-Atlanta, combinada con su división Linksys, ese fabricante ofrece ahora productos a los proveedores de servicio que entregan contenido a los hogares, así como al consumidor que desea recibir y distribuir ese contenido por todo el hogar.

La proliferación de controles remotos va siendo también cosa del pasado gracias a tecnologías como Zigbee, un software que se basa en la norma inalámbrica 802.15.4 y resulta ideal para automatizar otros dispositivos de control hasta un número de 255. ZigBee puede interconectarse con varios diseños de redes caseras, incluso compañero a compañero, estrella y malla.

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