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NASA replantea el origen de Vesta

NASA revela que Vesta no tiene núcleo y reabre el debate sobre los orígenes planetarios. Nueva evidencia desafía visión clásica de su estructura.

Durante décadas, los científicos consideraron a Vesta, uno de los cuerpos más grandes del cinturón de asteroides del sistema solar, como un “protoplaneta”: un objeto intermedio entre un asteroide y un planeta completo, con una estructura interna diferenciada en corteza, manto y núcleo. Esta idea se basaba en la presencia de rocas volcánicas en su superficie, lo que sugería un pasado de fusión interna y formación de capas, similar al desarrollo temprano de planetas como la Tierra.

Sin embargo, un nuevo estudio liderado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) de la NASA ha desmentido esta suposición. La investigación, basada en datos de la misión Dawn que orbitó Vesta entre 2011 y 2012, muestra que su interior es mucho más homogéneo de lo que se pensaba y no presenta signos claros de tener un núcleo.

“La ausencia de un núcleo fue realmente inesperada”, explicó el coautor del estudio, Seth Jacobson, profesor de ciencia planetaria en la Universidad Estatal de Míchigan. “Esto cambia por completo la forma en que pensamos sobre Vesta”.

NASA: Datos gravitacionales que cambiaron la narrativa

La confusión comenzó con las mediciones del campo gravitacional de Vesta obtenidas por la nave Dawn. Durante años, estos datos resultaban contradictorios, lo que impedía confirmar si el asteroide tenía un núcleo metálico. Tras casi una década de análisis refinados, los investigadores lograron integrar los datos gravitacionales y rotacionales para revelar la verdadera estructura interna de Vesta: una que no se comporta como la de un objeto con núcleo.

“Lo que descubrimos sugiere que la historia de Vesta es mucho más compleja de lo que creíamos”, añadió Ryan Park, científico sénior del JPL y coautor del estudio.

A partir de estos hallazgos, los investigadores manejan dos hipótesis principales. La primera plantea que Vesta podría haber comenzado un proceso de diferenciación interna —fusión parcial que separa materiales por densidad— pero nunca lo completó. La segunda sugiere que Vesta sería en realidad un fragmento de un planeta en formación, desprendido tras una colisión catastrófica en los primeros días del sistema solar.

Nuevas teorías y preguntas abiertas

Ambas hipótesis, aunque plausibles, tienen limitaciones. Por ejemplo, la teoría de diferenciación incompleta no se alinea del todo con los meteoritos vinculados a Vesta, ya que estos no muestran evidencias claras de un proceso inconcluso. Por otro lado, la idea de que cuerpos del cinturón de asteroides provienen de fragmentos expulsados por planetas en crecimiento aún no ha sido comprobada científicamente.

Pese a ello, Jacobson señala que lo que antes parecía una idea marginal hoy se considera seriamente gracias al nuevo análisis de los datos de la misión Dawn. “Pasamos de una sugerencia casi ridícula a una hipótesis que ahora tomamos muy en serio”, comentó.

La investigación continuará con nuevos análisis tanto de los datos de la misión Dawn como de los meteoritos asociados a Vesta, lo que podría aportar más pistas. Pero ya está claro que este descubrimiento cambia la narrativa sobre los cuerpos diferenciados del sistema solar.

“Ya no podemos decir que los meteoritos de Vesta provienen de un objeto que simplemente falló en convertirse en planeta”, concluyó Jacobson. “Podrían ser fragmentos de un planeta antiguo que nunca llegó a completarse. Solo que aún no sabemos cuál”.