MOTOROiD2: la moto eléctrica autónoma de Yamaha

Te presentamos MOTOROiD2, la moto eléctrica autónoma de Yamaha.

Durante el Salón del Automóvil de Tokio de 2017, se quitó un velo en el stand de Yamaha para revelar una máquina en particular, el “MOTOROiD”. Utilizando cámaras para reconocer a su dueño, se levantaba, avanzaba y retrocedía de forma autónoma, en respuesta a su voz o gestos. Por momentos, al observar la forma en que serpenteaba y retozaba con su dueño como si bailara, uno no podía evitar tener la premonición del nacimiento de una nueva relación entre un hombre y una máquina.

Sus movimientos orgánicos dieron pie a que el público identificara cierta familiaridad y afecto en su comportamiento único y realista. Tras el éxito de este primer modelo conceptual, Yamaha ha comenzado el desarrollo de su nuevo desafío, el “MOTOROiD2”.

MOTOROiD2

Una relación sin precedentes

Con la primera generación de MOTOROiD se hablaba de que la forma en que la máquina obedecía la llamada del propietario era una relación “similar a la que existe entre una persona y una mascota”. Sin embargo, lo más probable es que se tratara de una relación amo-sirviente entre la persona que daba las instrucciones y una máquina que las seguía obedientemente.

Al hacer esta relación más sofisticada, la persona y MOTOROiD eventualmente tendrían una relación similar a la de amigos que pueden comunicarse y cooperar entre sí. Con el objetivo de examinar esta nueva relación entre personas y máquinas, se estableció el concepto de “tu compañero indispensable” y poco a poco el diseño del MOTOROiD2 fue tomando forma.

Órganos sensoriales para el entendimiento mutuo

Este concepto se refleja fuertemente en la interfaz a través de la cual la máquina y el ser humano se responden entre sí.

En las motocicletas existentes, se supone que la “entrada” es el medio por el cual el conductor transmite sus pensamientos a la máquina, mediante el uso del manillar, el asiento, los escalones, etc. Sin embargo, con el MOTOROiD2, la mayor parte de su exterior es una interfaz especializada destinada a promover la interacción mutua entre el ser humano y la máquina.

LEAF

El mejor ejemplo de esto es el dispositivo háptico, implementado como la estructura clave icónica conocida como “LEAF”. Está equipado con una función de transformación optimizada que responde a la situación de montaje/desmontaje, y no sólo acepta el cuerpo del ciclista dependiendo de la postura de conducción, sino que también funciona como un “sentido táctil” que recibe y responde a las intenciones del conductor.

La máquina también incorpora expresiones emisoras de luz para visualizar respuestas táctiles, lo que permite al conductor experimentar la “vitalidad” que posee la máquina al responder a la luz del MOTOROiD2.

El LEAF tiene una forma orgánica y elegante y presenta un acabado semitransparente, algo muy poco común entre los exteriores de motocicletas. El propósito de esto no es simplemente permitir la transmisión de luz, sino también permitir una sensación de armonía entre el MOTOROiD2 y los variados y diversos estilos de vida y preferencias de su propietario.

Si quieres saber más sobre esta rara avis visita la página oficial de MOTOROiD2.