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Google y Big Tech apuestan por la IA en África

Google y Big Tech apuestan por la IA en África. Las grandes tecnológicas impulsan proyectos de “IA para el bien”, pero expertos locales alertan de riesgos de dependencia y explotación de datos.

Google, Microsoft y Meta han intensificado sus inversiones en proyectos de inteligencia artificial (IA) con fines sociales en África. Estas iniciativas abarcan desde sistemas de predicción de inundaciones hasta herramientas para reducir la mortalidad materna. Aunque las compañías presentan estos programas bajo la etiqueta “IA para el bien”, voces críticas advierten que pueden convertir al continente en campo de pruebas y fuente masiva de datos, reforzando la dependencia de infraestructuras extranjeras.

Proyectos en expansión

Desde 2020, Google ha destinado unos 200 millones de dólares a proyectos globales impulsados por IA. Solo en julio de 2025 anunció otros 37 millones de dólares para iniciativas en África, además de inaugurar un centro comunitario de IA en Ghana. Entre sus herramientas más destacadas figura un modelo hidrológico que usa datos satelitales para prever inundaciones con hasta siete días de antelación en 41 países africanos. Según la ONG GiveDirectly, este sistema permitió entregar ayuda en Nigeria antes de una gran crecida, reduciendo costes y tiempo de respuesta.

La compañía también lanzó MetNet, un sistema de predicción de lluvias que ayuda a agricultores a tomar decisiones prácticas, como el momento adecuado para aplicar fertilizantes. En paralelo, trabaja con el consorcio británico OnTime para crear un panel que detecta atascos en rutas hacia hospitales de maternidad en Ghana y Nigeria, países con altas tasas de mortalidad materna.

Microsoft y Meta siguen caminos similares. Microsoft colabora con la ONG Amref Health Africa en Kenia para fortalecer la atención comunitaria con soluciones basadas en IA. Meta desarrolla modelos que optimizan la planificación sanitaria, como la ubicación de nuevas instalaciones o la organización de brigadas médicas móviles.

Críticas y dudas

A pesar del impacto positivo que pueden generar, especialistas africanos muestran reservas. Organizaciones como Ethical AI Alliance advierten de que estas iniciativas replican un enfoque de “salvador occidental” y limitan la capacidad de los países africanos para construir infraestructuras tecnológicas propias. Según su fundadora, Asma Derja, la etiqueta “IA para el bien” puede servir de paraguas a programas que, en la práctica, benefician sobre todo a las corporaciones, que obtienen datos valiosos mientras financian proyectos puntuales.

El debate se amplifica en un contexto donde la ONU estima que la IA puede contribuir al 80% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la consultora McKinsey calcula que el continente podría generar hasta 100.000 millones de dólares anuales con el uso masivo de estas tecnologías. Sin embargo, el peso de las grandes tecnológicas estadounidenses en este campo genera inquietud sobre quién controla los datos y los beneficios a largo plazo.

¿IA para todos o solo para unos pocos?

Para críticos como Shikoh Gitau, fundadora de Qhala en Nairobi, el trasfondo es claro: “Las empresas buscan datos que luego podrán monetizar. Los modelos de salud altruistas son una estrategia para alimentar esa maquinaria”. Casos polémicos en India y Argentina, donde Microsoft fue cuestionada por recopilar datos de comunidades vulnerables, refuerzan esa percepción.

Desde Google, la respuesta ha sido insistir en la transparencia. Aisha Walcott-Brant, directora de Google Research África, asegura que los proyectos se desarrollan junto a investigadores y emprendedores locales, con el objetivo de que las comunidades tengan un papel central en la creación y aplicación de estas soluciones.

El futuro dirá si la “IA para el bien” en África es realmente un motor de desarrollo inclusivo o, como temen algunos expertos, otra vía de dependencia tecnológica.