Si hay una crítica del Galaxy S8 (aparte de la terrible colocación del sensor de huella digital), es su fragilidad. Así que, si usted no lo ha comprado porque tiene miedo de romperlo, el Galaxy S8 Active está aquí para sofocar sus miedos.
El Galaxy S8 Active es esencialmente el mismo teléfono que el Galaxy S8 de 5,8 pulgadas con pantalla Super AMOLED , procesador Snapdragon 835 chip y una cámara de 12MP, pero está equipado para soportar una paliza.
A diferencia del cuerpo de cristal regular de S8, el S8 Active está construido usando materiales de grado militar y alojado en un marco metálico con cuatro topes construidos para proteger contra choque, abrasión, inclinación o torsión. Resistente a la rotura y la parte posterior del teléfono, ahora tiene una textura rugosa y resistente para que sea menos propenso a resbalones y caídas.
Toda esa durabilidad añade un poco de volumen al dispositivo, midiendo 151.9×74.9×9.9 mm frente a 148.9×68.1×8 mm para el S8. Pesa 208 gramos, un poco más pesado que el S8 de 155 gramos. Pero también ofrece una batería mucho mayor. El Galaxy S8 tiene una batería de 3.000mAh, pero el S8 Active tiene una masiva 4.000mAh, lo que debería permitir que dure bien en un segundo día. Y se puede cargar de forma inalámbrica.
El Galaxy S8 Active es compatible con Bixby (incluyendo Bixby Voice, que faltaba en el Galaxy S8 hasta hace poco), y agrega un nuevo menú de acceso directo para acceder rápidamente al cronómetro, barómetro, brújula y linterna.
Samsung está vendiendo el Galaxy S8 Active de 64GB por 850 dólares, 100 más que el Galaxy S8, en dos colores, gris y dorado.
Samsung ha estado haciendo variantes “activas” de sus teléfonos insignia Galaxy desde el S4, y definitivamente están a la altura de su nombre.
Son perfectos para aquellas personas que quieren una experiencia de teléfono inteligente de primera calidad sin importarle el teléfono, pero al igual que los otros teléfonos Galaxy S Active, estamos más interesados en esa batería.