Cuando los teléfonos inteligentes nos hacen sentir como tontos

Llénese de coraje y acepte su indecisión. No basta con toda la información del mundo para sentirse confiado de que eligió el teléfono correcto.

¿Es posible que la innovación sea contraproducente? Mi reacción inicial es responder que no: como director editorial de PCWorld, sé que la innovación, particularmente cuando se aplica al mercado de la tecnología, produce una mayor selección para los consumidores. Y es bueno tener opciones.

Excepto quizás cuando no lo es. Tome por ejemplo los teléfonos inteligentes. Escoger un modelo nuevo se ha puesto tan complicado que muchos compradores simplemente aplazan la decisión.

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El problema es el siguiente. Primero, incluso antes de pensar en el teléfono inteligente que quiere, tiene que decidirse por una compañía telefónica, generalmente AT&T, Sprint, T-Mobile, o Verizon. Esta elección es crítica, ya que un teléfono inteligente sólo puede resultarnos tan bueno en dependencia del servicio 3G de su proveedor.

Luego tenemos el sistema operativo. ¿Quiere usted el iPhone OS, WebOS/Palm, BlackBerry, Android, Windows Mobile, Symbian, u otra cosa? Recuerde que no son simplemente las capacidades del OS lo que tiene que considerar. También deberá pensar en el ecosistema que rodea a la plataforma, especialmente si tiene las aplicaciones que usted quiere.

Por último, tiene que estudiar el propio teléfono, con sus consideraciones innumerables: marca, peso, tamaño, teclado, cámara, memoria y demás. Para mayor confusión, todos los días aparecen nuevos teléfonos magníficos, lo cual de seguro causan remordimiento a los usuarios que ya han comprado.

UNA SENTENCIA DE DOS AÑOS

Es tentador decir que la decisión del teléfono inteligente es parecida a la de otras compras digitales. Después de todo, un comprador típico tiene un sinfín de portátiles, PC de escritorio, cámaras y HDTV. Pero la decisión del teléfono viene con una condición: el contrato de dos años. Si escoge la netbook equivocada lo lamentará por unos meses; la equivocación en un teléfono inteligente le costará 24 meses de pagos, en la mayoría de los casos.

Dada la complejidad de la decisión, PCWorld pone su granito de arena para ayudarle. La experta en teléfonos, Ginny Mies, y su grupo de revisores hace decenas de evaluaciones de teléfonos cada año (vea, por ejemplo, Los cinco mejores teléfonos inteligentes de Android en la página 50 y nuestra lista de los Diez mejores teléfonos móviles en find.pcworld.com/69547).

Nuestro experto en tecnología inalámbrica, Mark Sullivan, acaba de terminar una prueba en 13 ciudades de las principales compañías telefónicas, “AT&T regresa con furia en el segundo asalto de nuestra prueba de velocidad de red inalámbrica 3G” (página 12). Nosotros publicamos evaluaciones diarias de aplicaciones del iPhone en nuestra Guía de aplicaciones (find.pcworld.com/69548) y estamos preparándonos para lanzar también una Guía de aplicaciones de Android (vea “Diez aplicaciones esenciales de Android” en la página 46).

Pero a pesar de toda la información que existe, la decisión del teléfono inteligente sigue siendo complicada. Esta no es una crisis teórica—es personal. Yo estoy listo para reemplazar mi antiguo teléfono inteligente, pero no acabo de decidirme por uno. Yo me considero una persona analítica y decisiva; si tengo la información delante, tomo una decisión enseguida. Pero esta vez no.

Para explicar el motivo de esta vacilación, consulté a Patrick Noonan, profesor en la escuela de negocio de la Universidad de Emory, cuyo campo académico es la toma de decisiones. Noonan me absolvió de toda culpa: “Nuestros cerebros no trabajan como nuestras computadoras. Si los humanos tenemos algún sistema operativo, es un motor heurístico formado enteramente por las reglas de supervivencia adquiridas en la sabana, por eso es que toda la vida moderna tiende a ser complicada y comúnmente fuera del alcance de nuestra competencia”.

Noonan continúa: “Nosotros evolucionamos en un entorno que no cambiaba mucho de un siglo a otro. Y ahora ¿cuánto dura un ciclo de producto? ¿Uno o dos meses? ¡Estamos totalmente abrumados por el mundo que nosotros mismos hemos creado!”

¡Cielos! Qué alivio siento ahora. En vez de sentirme culpable por la indecisión, trataré de aceptarlo como una consecuencia natural de la vida en el siglo 21. Mi nuevo héroe ahora será el humorista Oscar Levant, quien dijo célebremente, “Una vez que me decido, estoy lleno de indecisiones”.

Esa es una posición que yo realmente puedo apoyar. O quizás no.

–Steve Fox es el director editorial de PCWorld.

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