Un empleado fue sorprendido ofreciendo dinero a cambio de opiniones positivas de los usuarios –pero no arribe a la conclusión de que los productos de la firma no lo merecen.
La historia salió a la luz en un blog turbio a mediados de enero y se expandió rápidamente por toda la Red. Un empleado de Belkin fue descubierto ofreciendo propuestas de pagos a las personas que escribieran opiniones favorables sobre productos de las compañía, o calificaran de “poco útiles” comentarios positivos sobre la competencia. En lo que parece ser una confirmación tácita de la historia, Mark Reynoso, presidente de Belkin publicó en la Web una disculpa pública que repudiaba la actuación del empleado y la calificó de incidente aislado. Dijo también que la compañía estaba trabajando para identificar y eliminar cualquier opinión fabricada resultante de esta acción.
PC World ya ha escrito antes sobre comentarios fabricados (vea el artículo de enero “¿Puede usted confiar en las opiniones de usuarios en línea?”). Pero mi pregunta es la siguiente, ¿realmente necesita Belkin pagar para recibir opiniones favorables? ¿Son sus productos tan malos que sin estos endorsos positivos muy poca gente iría a comprarlos? Como alguien que ha escrito y editado artículos PC World y revisiones de los productos Belkin a lo largo de estos años, yo supe de inmediato la respuesta: No.
UN FORD, NO UN ROLLS
Esto no es para decir que Belkin es la Rolls Royce de las compañías de tecnología. (Ni creo que exista una compañía como tal en la actualidad). Históricamente, la empresa ha sido una fuente de accesorios económicos para portátiles, iPhones e iPods, además de otros electrónicos. En años recientes, Belkin también ha ganado reputación por sus líneas de “valor” – una manera eufemística de llamarles (léase barato)– para redes de trabajo en el hogar. Entonces estamos refiriéndonos más bien a un Ford Focus que a una limosina en términos de reputación.
Pero aunque Belkin raramente vez ha sido la estrella en las revisiones donde sus productos compiten contra modelos similares de otros fabricantes, tampoco han llegado al fondo. El año pasado, por ejemplo, su modelo de entrada del enrutador 802.11 (dos antenas) Belkin N Wireless Router F5D8233-4 V3 fue calificado de “bueno” y lo describimos como “estelar” en diseño, manejo, características y servicio al cliente. Su puntuación de 73 en las pruebas PC World fue fundamentalmente el reflejo de sus especificaciones como producto básico en una ronda evaluativo que incluyó también a otros enrutadores mucho más caros, repletos de características avanzadas, y logró derrotar a otra unidad de entrada, el modelo de D-Link que cerró con 61 puntos (vea “The Most Winning Wi-Fi Yet”, junio 2008).
Si analizamos un poco más atrás, Belkin fue la primera compañía en vender productos que usaban tecnología de antena MIMO, antecedente de la actual generación de implementos Wi-Fi. Yo hice las pruebas de ese primer enrutador pre-N (que usaba tecnología propietaria de Airgo Networks, más tarde absorbido por Qualcomm) y obtuvo resultados impresionantes.
Por último, en nuestros estudios más recientes de confiabilidad y servicios de enrutadores Wi-Fi, Belkin tuvo un rendimiento muy bueno, sólo por debajo del Apple que clasificó en el tope del cuadro.
No estoy defendiendo las acciones del empleado de Belkin, por supuesto, y naturalmente no me puedo dejar de preguntar si él estaba actuando bajo órdenes de más arriba. Pero no me parece una compañía desesperada por obtener opiniones positivas. Por ello voy a tomar las quejas de sus productos (fundamentalmente sus enrutadores) que han aparecido en blogs y forum a raíz del escándalo desatado por las opiniones fabricadas de usuarios como el grano de sal sobre la llaga. Unas pocas manzanas podridas en el tonel no pueden tapar las cosas que la compañía obviamente ha logrado hacer bien.
-Por Yardena Arar