Evaluamos el HTC Vive: Una Fantasía sumamente real

 

Alcanzar y tocar el mundo virtual es impresionante. Con la nueva propuesta de HTC podrás llegar mucho más allá. La sensación es literalmente real.

PC World en Español

La realidad virtual impulsada por el HTC Vive es una fantasía sumamente real. Si trazamos la progresión de los videojuegos de guerra espacial por todo el camino a través de los juegos en 3D hasta 2016, entonces el Vive es el siguiente paso lógico hacia el realismo. Es una “inmersión”, para utilizar el término más usado en los juegos y el Vive entrega todo sin compasión.
Pero aunque el Vive y el Oculus Rift (otro fuerte en el negocio que comienza) son ambos auriculares de realidad virtual, se diferencian en la forma en que usan la tecnología y es una diferencia que se deriva de los primeros días de Oculus. Hace dos o tres años unos pocos desarrolladores habían comenzado a experimentar con la idea de pie (en lugar de sentarse) al usar los primeros kits de desarrollo de Oculus.

En ese mismo tiempo, se hablaba de la Sala de VR de HTC y que invitaría a los desarrolladores a su oficina en Washington, donde habían convertido toda una habitación de dentro hacia fuera, con la intención de que una cámara montada en el auricular sería más sencilla para mapear las paredes de la habitación y que avisara si estaba demasiado cerca. Antes era algo que parecía increíble y ahora es prácticamente una característica del proyecto.

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Una primera versión del sensor del Vive, explicaba que para poner en funcionamiento la sala de Realidad Virtual debía ser en un entorno normal, por ello el HTC Vive trabaja con VR de afuera hacia adentro, es decir, la posición de los auriculares es seguida por dos estaciones base independientes, con los láseres de barrido a través de los auriculares para determinar su posición en el espacio.
El concepto es similar al de la cámara Oculus y, de hecho, se puede utilizar el Vive como el Rift de forma inmóvil, sentado con el receptor de cabeza pero el rango de acción en el Vive es más grande. Con una ubicación óptima, el Vive puede rastrear un área de hasta quince pies por quince pies, aunque hay que tener buena suerte para encontrar un espacio tan grande en casa. Ponerlo en marcha consiste en colocar las dos estaciones base (juntas conocidas como Faro) en la habitación y puede poner uno en la parte superior de un estante y el otro montado en el pie de escritorio y luego calibrar el suelo y el tamaño del espacio.

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Es más intensivo que el set-up del Oculus, pero significa que se puede caminar físicamente en mundos virtuales y, más importante aún, puede hacerlo sin preocupación.

Si uno se acerca demasiado a las paredes, el sistema interno “acompañante” del HTC Vive simplemente se desvanece a la vista, coloca una tabla de puntuaciones de los límites de su espacio y le recuerda no correr a toda velocidad en su escritorio o lo que sea.

Y lo mejor de todo: se maneja desde el interior. Vamos a repasar el lado del software de las cosas más adelante, pero basta con decir que tan pronto como se conecta un Vive, la descarga del software de realidad virtual es necesaria. Muy Fácil.