Ropa inteligente, innovación en auge

Un ejemplo de desarrollo de ropa inteligente es el Emergency Bra-mask, un sostén (sujetador), que puede salvar vidas porque funciona como una mascarilla anti-gases tóxicos. La creadora Elena Bodnar se inspiró en la tragedia de Chernobyl para apostar por un modelo que puede salvar vidas en casos graves de contaminación ambiental.

En España, Rapife también hace lo propio. La empresa comercializa Bodies que cambian de color cuando los pequeños tienen fiebre, que protegen de los rayos UV y que miden otros síntomas que presentan los infantes.

Hay para todos. Por ejemplo, el True Love Tester, es un sostén capaz de medir el grado de excitación de una mujer a través de sus pulsaciones de forma que, cuando alcanza un punto máximo, se desabrocha solo. La iniciativa, obra de una empresa japonesa, se conecta a través de Bluetooth a un dispositivo móvil.

https://youtu.be/l896hhKC_s8

Sin duda que la clave del éxito de la ropa inteligente estará en su característica más pura:
sin depender de fuentes de energía en franjas muy reducidas de tiempo. Es decir, cuando se consiga que los sistemas de carga alimenten más rápido, y sobre todo lo hagan de manera inalámbrica mientras se disfruta en el sofá, la tecnología estará lista para llegar al gran público. De no ser así, la fricción es demasiado alta y relega al producto al nicho.