El que inventó el refrán de “una imagen vale más que mil palabras” no imaginó la hegemonía de la imagen en la era de internet. Hoy en día la imagen lo es todo, e Internet avanza cada vez más hacia una concepción visual, algo que se aprecia muy bien en el mundo de las apps, cuyos diseños perfeccionan estéticas cada vez más basadas en ellas. Es el caso de esta app que nos encanta.
Pero, ¿qué pasaría si hiciésemos que la imagen, ya poderosa de por sí, multiplicase su contenido informativo? ¿Por qué limitarnos a ver fotos pasivamente? Esto se debió de preguntar los creador de Thinglink, una app para iOs y iPad diseñada para hacer de la imagen un elemento cargado de información.
La forma de hacerlo es introduciendo en la propia imagen puntos que actúan como links. Y estos, claro, pueden ser del tipo que queramos: texto, vídeos propios o de YouTube, audio de SoundCloud, otras imágenes, enlaces a otras páginas… Esos puntos sólo aparecerán al pasar el cursor sobre la imagen.
De esta manera las imágenes se convierten en algo vivo, con lo que podemos interactuar. A partir de aquí, el único límite a su uso está en nuestra imaginación o en nuestras necesidades de comunicar algo más que lo que diga la propia foto. Éstas se pueden compartir en Facebook, Twitter, Google+, por mail, embeberlas en blogs…
Thinglink puede ser una buena herramienta para un usuario normal, pero donde su utilidad adquiere un sentido claro es en el mundo docente. Imaginad las posibilidades didácticas que para un profesor se abren con una imagen “crecida” con Thinglink. Por ejemplo, una imagen de un río puede ser potenciada por el profesor de geografía con enlaces que expliquen sus diferentes partes. En cierto modo, Thinglink es la muerte de las infografías tradicionales con flechas e información limitada al espacio que tengamos al lado de la imagen.
Y si esto no os convence, pues nada, aquí van 66 maneras de usar Thinglink.
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