Tome la mejor foto posible

¿Tiene dificultades para tomar fotos nocturnas, de acción rápida y de interiores complicados?

Con los modos de escena correctos y unos cuantos trucos avanzados, usted puede explotar funcionalidades ocultas de su cámara.

El modo automático de su cámara puede ser una bendición o una maldición. Esta característica realiza una labor formidable al seleccionar la configuración apropiada en la cámara cuando el usuario dispara a plena luz del sol o en entornos muy iluminados, por eso es una manera rápida y fácil de tomar instantáneas decentes con un mínimo de esfuerzo. Sin embargo, también puede ser un estorbo para conseguir el mejor disparo posible.

Todas las cámaras—hasta los modelos más baratos de apuntar y disparar—tienen opciones ocultas en sus menús para mejorar la imagen. Las cámaras más básicas traen modos de escena que ajustan la configuración basándose en el entorno y comúnmente producen un disparo más bonito que en el modo automático. Y usando una réflex digital o una cámara con controles manuales usted puede tomar fotos de un nivel muy superior.

¿Cuánto pueden mejorar sus fotos si configura manualmente el modo de escena o la exposición de la toma? El administrador de PCWorld Labs Tony Leung, el fotógrafo de PCWorld Robert Cardin y yo colaboramos para averiguarlo. Escogimos seis escenarios comunes, algunos de los cuales requieren ajustes manuales complejos para captar el disparo ideal, y tomamos una foto varias veces en cada escenario: una usando el modo Auto, una usando el modo de escena apropiado y otra en la cual ajustamos la configuración manualmente. En la mayoría de los casos, disparar utilizando un modo de escena ofreció una gran mejora sobre usar el modo Auto. En algunos casos, ajustar la configuración manualmente resultó en una foto más vistosa (o dramáticamente diferente) que el modo de escena. A juzgar por los resultados, definitivamente recomendamos que use un modo de escena en vez del modo Auto en la mayoría de las veces.

Para la prueba, usamos nuestra mejor cámara de apuntar y disparar, la Canon PowerShot S90. Esta ofrece imágenes muy buenas para un modelo de apuntar y disparar, una selección de modos de escena, exposición manual y controles de enfoque y, por supuesto, un modo de Auto. La S90 también tiene una lente f/2.0 de apertura ancha y buen rendimiento con ISO alto para un modelo de bolsillo de lente fija; esos factores nos permitieron disparar a velocidades de obturador más altas, lograr efectos de poca profundidad de campo y tomar mejores fotos en ambientes oscuros.

Nuestros fotos de prueba están supuestas a servir como una buena representación de lo que un novato puede hacer con simples ajustes en la cámara. Usted obtendrá resultados diferentes si usa una cámara distinta—en general, verá una mejor calidad de imagen y tendrá más opciones manuales con una réflex digital y fotos menos impresionantes, así como menos opciones con la mayoría de los modelos de apuntar y disparar.

Modo de retrato

El modo de Retrato, comúnmente la primera opción en el menú de modos de escena de su cámara, está hecho para una de las fotos más comunes que se hacen: la foto de cabeza y hombros. En la mayoría de los modos de Retrato, la cámara reconoce la presencia de las caras en su escena, se enfoca en ella y ajusta el color en la imagen para mejorar los tonos de piel. En muchas cámaras recientes, el modo Auto incluso alterna al modo de Retrato si detecta una cara (o rostros) en la foto.

En el modo de Retrato la cámara también trata de estrechar la profundidad de campo detrás del objeto: esto mantiene la cara de la persona enfocada y difunde ligeramente el fondo, atrayendo la atención del espectador a la cara y lejos de los objetos distantes.

A menos que usted dispare bajo la luz del sol o en interiores con luz brillante, el modo de Retrato comúnmente utiliza el flash. Esto lo hace para resaltar los detalles de la cara de la persona, aunque frecuentemente reduce la intensidad del flash para no sobre exponer la imagen.

En nuestros tres retratos de prueba, el flash fue demasiado intenso en el modo Auto, haciendo que las caras de las personas lucieran demasiado brillantes. El modo de retrato fue mucho más útil para exponer la imagen adecuadamente y mejorar el tono de piel de las personas.

En nuestro disparo compuesto manualmente, apagamos el flash y tratamos de aprovechar la luz natural usando una apertura ancha con una velocidad de obturador lenta. El resultado es un retrato un poco más sutil y más natural. No obstante, el modo de Retrato por lo general desempeña una gran labor con este tipo de foto.

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