Windows 7: ¿la última oportunidad de Linux o de Microsoft?

Mucho se habla sobre el gran reto que significa para Microsoft el reciente lanzamiento de su nuevo sistema operativo, Windows 7, que se supone obligado a subsanar el fracaso de Windows Vista en el sector.

Pero puede que el éxito de Windows 7 no sea tan difícil de alcanzar. Aunque está basado en Vista –el mismo que genera el desprecio de los usuarios– se dan dos condiciones que facilitan este éxito: el hardware ya está listo para correr el sistema a plenitud y hay suficientes manejadores habilitados.

Linux, que en parte ha aprovechado el rechazo de Windows Vista para crecer, deberá ser capaz de mantener su cuota de mercado ante un sistema operativo que no carga sobre sí con percepciones negativas, al menos no en la escala de Windows Vista. Muchos usuarios de Windows XP, que habían estado esperando por Windows 7, lo instalarán más temprano que tarde, y esto ayudará a elevar el nivel de adopción.

La comunidad de Linux ha respondido al lanzamiento de Microsoft con escepticismo y con nuevas versiones de las distribuciones más populares del sistema, incluyendo OpenSUSE, Mandriva, Ubuntu, Fedora y Linux Mint.

En el segmento de Netbook será dura esta competencia, ya que los usuarios finales están ansiosos por contar con Windows en su portátil, y poder realizar las mismas acciones que en su PC de casa. Linux ha mejorado su interfaz, pero aún la administración de programas sigue siendo complicada. Además, generalmente hay más “personas conocidas” que cuentan con Windows y hay más posibilidad de compartir programas –aunque no siempre sea de manera legal.

Pero realmente no es en los escritorios de los usuarios donde se va a llevar a cabo la lucha que definirá el éxito de Linux o Windows 7. Son los escritorios de los usuarios corporativos los que ganarán la pelea. Y la compañía IBM está consciente de eso y por ello ha configurado una opción que permite a las empresas migrar sus escritorios a Linux, a un 50% del costo en el que incurrirían con Windows 7.

IBM client for Smart Work, es una solución que se espera sea mucho más flexible que Windows 7, y aunque al principio sólo está disponible en Estados Unidos, ya ha sido probada con éxito en África. De hecho originalmente fue concebida para los mercados emergentes.

La base de la oferta es un escritorio virtual, alojado en la nube, conocido como Virtual Bridges y permite a los usuarios acceso a sus ordenadores desde cualquier dispositivo conectado a la red, dondequiera que estén, visualizándolo como si realmente lo tuviesen delante.

Uno de los principales beneficios de esta opción es que cuenta con requerimientos de hardware más bajos que los de Windows 7 y que permiten a las empresas mantener la vida útil de sus equipos por más tiempo. Además la plataforma está pensada para sacar el máximo provecho de la tecnología SOA, y permite correr las aplicaciones empresariales más importantes que funcionan bajo este esquema.

Y es en el momento que los CIO y CTO presenten presupuestos de migración donde se podrá ganar o perder la batalla. Por ahora, Microsoft conserva a su favor la exclusividad de Office, una guerra que OpenOffice no ha logrado ganar, pero que aún sigue peleando.

-Alcides León

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